El blog de Ana Pardo

La joven de la perla 340 años después: la joven del piercing

Por Ana Pardo en Lunes, 10 Octubre 2005. Archivado en Óleo

Óleo sobre lienzo 54 x 65 cm

La joven del piercing

   La concepción de este cuadro nace en el momento en que veo el film “La joven de la perla”. Al margen del verdadero motivo que llevó a Vermeer a pintar este cuadro, la ficción llevada a la pantalla ha dejado un poso difícil de olvidar. La idea de que la joven retratada encarna en cierto modo el canon de belleza de la época me hizo meditar por el canon actual.
Con esta inquietud me lancé al estudio fisonómico de aquellas facciones que las mujeres de hoy día anhelan para si. En este caso, para aquellos que como en el libro traten de dar un apellido a la figura, les adelanto que desestimen  su intención ya que el retrato es completamente ficticio, la joven es una imagen ideada.

La estructura jerárquica de los patrones que guían a la mujer actual viene determinada por el nivel de detalle así como por su ubicación en el cuadro. Si realizamos una lectura a la inversa nos enfrentamos primeramente con el sombrero, completamente plano, elemento decorativo que se mantiene a lo largo de los siglos, ese apéndice del cabello con el que trata de romper la estructura cúbica de la cabeza a la par que enriquecer los ritmos curvilíneos de cara y hombros. La falta de detalle disuade al espectador de cualquier distracción, constatando con mayor fidelidad la importancia de estos ritmos.

El vestido, superficial, representa el giro pragmático que han tomado las prendas femeninas y mostrar un mero apunte del cómo la sensualidad de la figura deja de concentrarse exclusivamente en el busto. Si bien es cierto que el guardarropa representa en la mujer joven occidental la mitad de su ocupación social (no quiero que me califiquen de exagerada), no es menos cierto que la practicidad domina las elecciones de su ropero; no puede perder el día ni perderse entre multitud de enaguas y corpiños. Salvo en aquellas fiestas de alto standing donde busca mayoritariamente el testimonio de su status, la mujer actual quita importancia a la pomposidad y acartonamiento del vestuario en pos de resaltar más aquellas cualidades que dibujan con mayor seducción el carácter femenino; si pasamos por épocas donde apretados jubones desembocaban en vigorosos escotes, hoy la mujer ratifica su convicción por el desnudo de piernas y brazos, que producen cotas de sensualidad, si cabe más elevadas.

El cabello algo desaliñado pero asegurando la gracia de la onda alargada muestra la disconformidad de la mujer actual con su propia melena. Tanto es así que no conozco ninguna mujer, entre las que me incluyo, que esté satisfecha plenamente con su pelo. Este desacuerdo nos embarca en una cruzada por disfrazarlo, como si la muestra de su naturalidad pudiera descubrir al mundo la verdadera esencia del yo que más odiamos. En la joven del piercing puede adivinarse entre ese colágeno de color tintado la debilidad por enmascarar una virtud que desconoce, creyendo reflejar su personalidad en pequeñas coletillas,  intentando derivar la atención de su coquetería hacia divertidas trenzas.

Los ojos de colores fríos, mantiene una mirada firme y lejana, en la sombra, sin perder en ningún momento ese atisbo de delicadeza. Su ligera penumbra trata de expresar su posición cauta ante los acontecimientos; distante pero precisa.

La nariz recta; cualquier forma que infrinja esa rigidez parece indicarnos algún tipo de defecto: la aquilina con la avaricia, la chata con la estupidez, etc. El piercing no deja de ser una alegoría a la perla de Vermeer pero al mismo tiempo una realidad actual con la que las jóvenes tratan de trazar contundentemente una frontera generacional.

Por último los labios, que por encima de los pechos están ganándose todo el centro de interés; carnosidad y volumen son exponentes que marcan las preferencias actuales.

En definitiva, la joven del piercing no quiere mostrar fielmente a la mujer del siglo XXI sino sus deseos más profundos, porque como escribió Schopenhauer:

La belleza es una carta de recomendación que nos gana de antemano los corazones.

Ver en ALTA RESOLUCIÓN

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