El blog de Ana Pardo

Currículum Vítae

Por Domingo Romo en Lunes, 03 Febrero 2003. Archivado en Reseñas

Entrevista realizada en Febrero del 2003

Capricho 2

   Pregunta obvia e ineludible...... ¿ porqué tras 20 años de carrera artística no has realizado una sola exposición? Sale de ojo que la razón debe  hallarse muy alejada en cuanto a algún tipo de dificultad técnica, ya que hasta  una viejecita que pinte como terapia consigue una exposición itinerante entre  centros cívicos o asociaciones culturales que apoyan las juntas de gobierno  correspondientes. Si en la actualidad con dar una patada a un bote sale una exposición, ¿porqué  esa falta de interés por algo que puede engrosar de forma importante un  currículum?

 

Me haces una  pregunta como si fuese una carencia en la carrera de un pintor y yo en realidad  lo considero como una opción más. Una exposición, dos, cien, no te hacen mejor  pintor, no te da más conocimiento, más sabiduría artística; te sitúa en una   cómoda posición negociadora, y este sentir representa uno de los grandes errores  de este siglo que ha contribuido al surgimiento de una incontable pléyade de  comediantes y exhibicionistas de la pintura. ¿porqué hoy parece que cualquier  pintor adquiere la "profesionalidad" al hacer una exposición?, parece difícil de  entender en cuanto que  realmente no es difícil conseguir exposiciones.

Desde el punto  de vista artístico es el trabajo lo que adquiere validez y no la manera de  circular la obra o de venderla; hay que distinguir al buen pintor y al buen  propagandista; en ocasiones excepcionales ambas cualidades confluyen en la misma figura.

No puede  catalogarse a un artista por la cantidad de exposiciones que ha hecho porque  sería como valorar un libro por el número de páginas que tuviese, además  proliferaría absurdos que nada ayudarían a la credibilidad de las nuevas  corrientes teóricas de pensamiento. Imaginad la obra de un autor novel con gran  poder adquisitivo que expone por primera vez en una galería. La critica,  positiva, estaría ajustada en halagos pero fundamentando una esperanzadora  carrera. Tras dos años de mover la misma exposición por todas las capitales  europeas y regresar a su punto de inicio la obra, que es la misma, se habría  revalorizado en todos los conceptos: teóricos, artísticos y económicos.

Si yo ahora  invierto mi dinero en montar una sala de exposiciones y poner cuñas  publicitarias en periódicos mi obra tendría mayor notoriedad que no calidad. Hay  que empezar a entender que no todo lo que se publicita es bueno y viceversa.

¿Establezco con  estas palabras una dicotomía entre "exposición" y "arte"? De ningún modo. A lo  largo de la historia ha habido pintores (la gran mayoría), que sólo eran  conocidos o que desarrollaban su arte en el marco de un taller determinado y de  unos encargos y clientes determinados, sólo hoy son conocidos por las propias  condiciones que ha traído la modernidad como desarrollo de las divulgaciones, el  coleccionismo, los museos, las salas de exposiciones, etc. Precisamente  éste es el concepto que hay que valorar, su carácter divulgativo, y en este  marco pueden desfilar grandísimos artistas así como grandísimos actores.

Pero al margen  de todo mi pasado creo que el cambio que supone una exposición universal y  permanente como representa Internet cambia un poco el carácter de la pregunta  inicial. Es cierto que la obra de arte se alimenta gracias a la necesidad que  una pequeña elite siente por poseerla, pero uno de los objetivos principales del  artista es que su arte llegue a "todo el mundo" no sólo a esa ínfima minoría que  representa una exposición galerística, y creo que esta Web cumple sobradamente  cualquier expectativa divulgativa.

 

Si alguien  pregunta por tu currículo ¿que contestas?

Mi obra es mi  currículo; es la que más fielmente refleja la verdad, tanto del creador como del  espectador. He conocido columnistas que  frente a mi obra quedaban  desarmados al escuchar dicha respuesta, y cómo a continuación, en la creencia de  encontrarse ante una persona falta de bagaje artístico, trataban de forma  penosa  aleccionarme sobre aspectos pictóricos con argumentos plagados de  contradicción y desorden conceptual.

Cuando confieso  mi nula participación galerística creo que se me interpreta erróneamente. La  vida es una continua elección, escogemos una para abandonar un millón, pero  incluso para aquellas que adoptamos debemos priorizar su orden, elegir  nuevamente. Mi elección en el mundo de la pintura la he enfocado primeramente  sobre mi obra, es ahora con el tiempo y el conocimiento cuando puedo atender  aspectos puramente de proyección. Toda mi vida he pintado, me gusta la pintura,  siento la pintura, amo la pintura, nunca he sentido la necesidad de presionarme  con la exhibición temprana de mi obra. Al igual que el estudiante de Medicina no  cae en la presuntuosidad de autonominarse médico, yo he tratado de crecer bajo los auspicios de nuestro pasado, dejando al margen la crítica inherente a la  dinámica de las exposiciones y que representa un freno en la creatividad del  artista por cuanto que normalmente viene realizada por personas que no saben  coger correctamente un pincel con las manos.

Ahora, después  de haber cultivado la sensibilidad cromática, compositiva y formal, después de  haber sentido la GRAN PINTURA a través de mis pinceles, de haber abrazado el  pensamiento de los GRANDES MAESTROS, es ahora cuando puedo experimentar  relaciones más íntimas con la actualidad. Es ahora cuando no me importa  presentarme al mundo, participar en alguna exposición. Colgar un cuadro en  alguna galería londinense, parisina, neoyorquina, o cualquier gran centro  cultural es una ilusión que nace ahora, después de haber creado, para bien o para mal,  un criterio propio. 

           

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